Tres Palabras Mágicas: «Sí, por favor y gracias»
¿Habéis pensado alguna vez en la influencia que tienen las palabras cuando se nombran? Hay palabras que abren, otras que cierran, otras que animan o desaniman… según cuando se digan y cómo, con que tono o a quién se dirigen.
El lenguaje no es neutro. Evoca experiencias, nos remite a una experiencia individual, a representaciones, a imágenes interiores. Para mí comprender las palabras va más allá de lo cognitivo. Su compresión conlleva algo más amplio que implica a lo cognitivo, a la emoción, al cuerpo… de forma que se encuentran a la vez estos aspectos y pueden generar una experiencia.
Las palabras sí, por favor y gracias pueden tener mucha fuerza si son nombradas con la conciencia de lo que significan.
Bert Hellinger habla de cómo si decimos estas palabras a los padres, no iremos acercando a una mayor plenitud y bienestar. Además, las nombra con un orden determinado. Es todo un proceso.
Frente a los padres primero sería decirles GRACIAS, con ello lo que les estaríamos diciendo es “tomo la vida en su plenitud y lo que me has regalado”. Después sería POR FAVOR, con lo que abriríamos el corazón para lo que nos dan y abre el corazón de los padres para que nos puedan dar lo que pedimos. Por último, SÍ, lo que significa es “os tomo tal como sois como mis padres y me tenéis como a vuestro hijo o hija y tomo la vida como me la dan con todo lo que acompaña”.
Qué bonito se escucha ¿verdad? Qué sencillo, ¿no? En muchas ocasiones esto supone un gran reto para algunas personas por las circunstancias que les tocó vivir. ¿Cómo decir sí a un padre violento?¿O cómo decirle gracias y por favor? Todo un reto. Creo que hay que aclarar que hablamos del vínculo y no de la relación. Podemos poner los límites que necesitamos en el cotidiano y no negar a nuestros padres.
Sin ir a casos más extremos, también supone un proceso o un trabajo para cualquier persona que haya tenido una vida digamos “normal”. Supone, a veces, dar nuestro brazo a torcer, colocarnos en una posición de mayor humildad, integrar lo doloroso, lo que fue tal como fue… Para todos es así a pesar de que a algunos la vida haya golpeado más duro.
Igualmente estas tres palabras son aplicables a la pareja aunque el orden cambia. La primera sería Sí. Casarse es dar el sí, sí te amo, sí te tomo tal como eres… también implica decir amo a tu padre y a tu madre. Cuando decimos sí a una persona decimos sí a su familia, a quienes le dieron la vida. Todos sabemos los conflictos que esto trae en ocasiones. Decir sí, es decir estoy de acuerdo con tu pasado, destino y futuro tal como es. La siguiente palabra sería POR FAVOR, que al igual que con los padres al decirla se abre nuestro corazón y del otro. Es una señal de confianza, nos mostramos necesitados, abiertos para recibir un regalo. Y por último sería GRACIAS, gracias por lo que me das.
Respecto de la pareja, podemos ver como también es un proceso diario. Y vaya que si lo es.
Os propongo que tengáis la experiencia de cómo es decir estas palabras a los padres, también a la pareja si tenéis y si no a la que tuvisteis. Para ello busca un lugar donde puedas estar tranquilo y ponerte cómodo y relajado. Empieza si lo deseas por tus padres. Toma un tiempo para asentarte respirando con tranquilidad y deja que te venga su imagen frente a ti. Cuando estés preparado, comienza dándoles las gracias, si son tus padres. Observa cómo es, si es fluido o hay alguna tensión, ¿cuesta? ¿es fácil? ¿qué te pasa cuando lo dices si lo dices? ¿cómo están tus padres al oírte?. Después haz lo mismo con las palabras por favor y finalmente con el sí.
También puedes probarlo con la pareja, cambiando el orden como explique más arriba. Sería sí, por favor y gracias. Puedes probar a imaginar como sería que te lo dijese a ti tu pareja.
Si has llevado acabo la propuesta, ¿de qué te has dado cuenta? ¿cómo estás?
Blanca Ricardez
Gracias por compartir, es muy interesante profundizar en el SI, POR FAVOR, GRACIAS.